Desgaste del liderazgo nacional

Cuando el liderazgo empieza a prescindir de (e incluso menospreciar a) los liderados, es tiempo de que los grupos liderados empiecen a buscar y a encontrar otros líderes, o de aprender a vivir y a convivir sin ellos.

Los individuos forman los colectivos para obtener beneficios de éstos. Los beneficios particulares, siempre serán beneficios particulares: cuando los colectivos empiezan a beneficiar únicamente a pocos miembros, olvidándose de todo el resto o los demás miembros (individuos), es cuando empieza el colectivo a dividirse, a disgregarse. Puede que la República Dominicana, que la dominicanidad, que el pueblo dominicano en general, esté empezando su proceso de desunión. Y hasta cierto punto es un proceso natural y necesario.

Si el liderazgo tradicional no ha cumplido con su deber de ir superando y fortaleciendo sistemáticamente nuestra historia, encaminándonos por nuevos senderos que solidifiquen el presente…(y un presente sólido es: tener un techo propio, la seguridad de un trabajo digno, una educación gratuita (actualizada y práctica), el acceso a una dieta alimentaría variada y saludable, un sistema de salud gratuito y eficiente, unas Fuerzas Armadas y una Policía Nacional instruidas, conscientes y leales a los principios democráticos y respetuosas de los derechos humanos y civiles, un Poder Judicial que nos proteja de las manipulaciones, mercaderías y malversaciones de las riquezas públicas y estatales (no un sistema jurídico que se encargue únicamente de resolver en juzgados de paz y tribunales conflictos humanos primarios), un Poder Legislativo en el que trabajen, a favor de las mayorías, los miembros más preparados, independientes y humildes de todo el colectivo, un Poder Ejecutivo que logre articular a todas las fuerzas productivas nacionales del país, no para aislar y dominar a todas aquellas personas que no produzcan nada, sino precisamente, para aunar esfuerzos conjuntos que logren propiciar y concretizar la inclusión de toda la población aislada e integrarlos al sistema para que todos juntos consigamos superar nuestras contradicciones históricas y alcancemos no sólo el desarrollo productivo y tecnológico, sino también el equilibrio y la estabilidad de nuestra nación que siempre ha aspirado a ser justa y solidaria)…

Pero si el liderazgo nacional tradicional (político y empresarial) no ha logrado ni siquiera solidificar el presente en el que se basará todo futuro, entonces ese liderazgo ¿Tendrá que aceptar el surgimiento de un nuevo liderazgo (un liderazgo ideológicamente renovado y científicamente preparado) y someterse a este apoyándolo y ayudándolo a tomar las riendas del Estado Dominicano?

Personalidad Colectiva

La juventud que, consciente y constantemente, lucha por lograr la libertad individual y por conseguir el desarrollo de su Patria, está en la obligación de organizarse. Hay dos razones primordiales que nos comprometen:

  • El impulso instintivo de socializar entre personalidades con ideas y convicciones morales de la vida y la existencia consideradas similares a las nuestras, tolerando las diferencias conceptuales o conductuales, que son, en última instancia, las que, dialécticamente, enriquecen la vida.


  • Y la afirmación objetiva de que el bienestar social e individual jamás pueden ser considerados aisladamente, sino que uno depende del otro para su realización plenamente humana.

Esta convocatoria a la organización política y partidaria siempre ha resurgido históricamente en los procesos evolutivos de todas las sociedades. Las dominicanas y los dominicanos, la juventud dominicante, tiene ante sí, no sólo el reto de la emancipación colectiva del pueblo, sino, ante todo, la emancipación de su personalidad modelada y manipulada por las ideologías derivadas de las económicas que les dominan.

 
 
 

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